—Stefano, ¿qué haces aquí parado?
—le preguntó, viéndolo al fin, de pie y contemplando las olas.
—Papá, ven a ver.
El padre se acercó y miró también
hacia la dirección que le indicaba el niño, pero no pudo ver nada.
—Hay una cosa oscura que aparece de
vez en cuando en la estela —dijo—, y que nos sigue.
—A pesar de mis cuarenta años —dijo
el padre—, creo que tengo buena vista. Pero no veo absolutamente nada.
Como el niño insistiera, fue a
buscar el catalejo y escrutó la superficie del mar, a lo largo de la estela.
Stefano lo vio palidecer.
—¿Qué es? ¿Por qué pones esa cara?
—¡Ay, ojalá no te hubiese oído!
Ahora temo por ti. Esa cosa que ves asomarse en las aguas, y que nos sigue, no
es una cosa. Es un colombre. Es el pez que más temen los marinos en cualquier
mar del mundo. Es un escualo misterioso y tremendo, más astuto que el hombre.
Por razones que quizá nadie conocerá nunca, escoge a su víctima, y cuando la ha
escogido, la persigue por años y años, durante toda una vida, hasta que logra
devorarla. Y lo más extraño es que nadie logra verlo sino la misma víctima y
las personas de su misma sangre.
El colombre (fragmento) / Dino Buzzati