TIEMPOS DE FURIA
Miguel Lupián
Casas hechas de casas dentro de
casas hechas de tiempo
John Crowley
A primera vista, Tiempos de furia de Adán Medellín es una novela. Pero conforme te
adentras en sus páginas la visión cambia. ¿Será acaso un cuentario-novela? Lo
que sí es seguro es que no se trata de una “novela tradicional”.
Cada capítulo es un
cuento: redondo, bien amarrado, que se puede leer y entender de forma
individual; es un ser independiente. Mas al ir leyendo uno tras otro se crea un
efecto acumulativo que genera una atmósfera brumosa, hostil. De pronto sentirás
que el libro se mueve entre tus manos suavemente, como si estuvieras a bordo de
una pequeña embarcación; podrás respirar la nostalgia y palpar el deterioro no
sólo de los Furia sino también de Tabares y Noreste.
Estuve tentado a buscar
en el mapa dicha ciudad e isla, pero desistí. Están tan bien descritas, llenas
de imágenes, sonidos y olores que inmediatamente validé su existencia. Lo más
interesante es que si les cambias el nombre o su posición geográfica la
historia seguiría funcionando. Es más, bien se podría tratar del barrio donde
pasaste tu infancia y que al regresar, después de muchos años, sientes
diferente, extraño: ya no se escucha la risa de los niños reverberando en las
paredes descorchadas de las casitas de uno o dos pisos, ahora reina el silencio
y edificaciones altas y grises... un pueblo fantasma.
Los Furia son todo un
caso. Personajes excéntricos que se pasean entre la frontera de la locura y
genialidad. El texto con el que abre el libro, a manera de prólogo, es una
excelente guía de lo que encontrarás:
Éstos son los nombres de
los varones Furia, con su descendencia, sus familias y las casas de sus padres.
Primero J. Furia, navegante, amante de piedras y lingüista, que engendró en la
isla Noreste a Alonso Furia, Martín Furia y Arturo Furia. Y le nació también
una hija, Sofía Furia, que no tuvo hijos.
Y de los
lomos de Alonso Furia, contador, proxeneta y loco, nació Gabino Furia,
negociante traidor y delirante. Y Alonso engendró también a Sergio Furia,
pintor, alcohólico y mueble inmóvil, que tuvo por hijo a Mauro Furia. Y a
Gabino le nació una hija, Clara Furia.
Y de la
simiente de Martín Furia, músico frustrado y hombre silencioso, nacieron Sabina
y Martín Furia, hijo; y este último eligió por sobrenombre Matías para rechazar
la estirpe de su padre, fue diácono loco y asesino de infantes, y además
engendró un hijo, Andrés Furia. Y a Martín padre también le nació, de otra
mujer, Daniel Furia, que aborreció asimismo al hombre que lo engendró y no
quiso descendencia.
Y Arturo
Furia, antropólogo y viajero memorioso, tuvo a Héctor Furia, que fue navegante
solitario, escritor desafortunado y tuvo dos mujeres. Y de los muslos de la
segunda nació Diego Furia.
Éstos
fueron los contados como Furia, de la cabeza de J. Furia, cuatro hijos, seis
nietos y cuatro bisnietos, y engendraron luego otros hijos e hijas, que no
vienen al caso.
La historia de Héctor Furia (si te dedicas
a la escritura u otra labor artística) te golpeará en el hígado:
Y muchos dijeron que los
escritores de verdad eran hombres como ese Furia, que usaban sus manos para
algo más que agarrar su pluma o teclear de noche en sus máquinas de escribir,
entre signos intangibles, sin riesgos de mareas o lagartos hambrientos o monstruos
milenarios que nadan, con movimientos obsesivos y visibles a unos pocos, los
ondulantes laberintos de la noche bajo el agua.
Cada cuento es sorprendente, devastador.
Te hará preguntarte cómo el autor podrá superarse. Mas, para nuestro regocijo,
lo hace. La herencia es una hermosa
historia de venganza, en el más puro estilo de las películas de Park Chan-Wook,
que te dejará con la boca abierta y tendrás que cerrar el libro, prender la
televisión y ver caricaturas. Una luz
imantada es una historia de amor tan profunda y dolorosa que sentirás cómo
las lágrimas se estancan en tu garganta deseosas de su liberación:
No quiero ser el insecto
fascinado por una luz temerosa y fría, dando vueltas para aferrarse a un cuerpo
débil luminoso que lo prende y lo destruye.
Como conclusión, Tiempos de furia es una novela compuesta de cuentos que en sí
mismos son novelas, y que al unirlas podremos vislumbrar el gran cuento de la
vida de los Furia. Es una casa hecha de casas dentro de casas hechas de tiempo.
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