viernes, 25 de febrero de 2011

AMOTINADOS A LAS PUERTAS DEL CIELO

Así inicia Amotinados a las puertas del cielo de Arturo Córdova Just:


Qué triste la vida de ciertos muertos,

nadie los saca de su lugar,

deambulan perennes entre el alba y su duermevela,

los traiciona el arcángel que incrustó las monedas de oro en sus párpados.

En suspensión, les conmueve un hielo en sus meñiques,

el pétalo azul del demonio,

su casa de piedra (monumento al remolino intacto),

el gallo y su aviso,

los carpinteros ofreciendo astillas.

Los muertos se asustan de no latir,

de quedarse sin respiro.

Su dulce es el amable licor de la sangre,

el verbo transfigurado en meditaciones fustigadas,

el cráneo de azúcar.

Ciertos muertos vociferan sin verse,

los cosechan porque han sido tallos subterráneos.

Conviven en la incertidumbre,

muy por debajo de la tierra,

allí donde no hay aire y corren las potencias de congelación.

Ciertos muertos tienen una abeja en el paladar,

un piso enorme para atender al vacío,

una calle sin fin,

la libertad de tenebrarse por el encierro.


Ghandi Satélite cuenta con un par de ejemplares

lunes, 21 de febrero de 2011

QUEEN OF DENMARK

Queen of Denmark, de JOHN GRANT llegó a mis oídos hace como un mes gracias a la recomendación de un amigo. Desde entonces, no hay día en que no escuche una canción de este gran disco.

Ante la epidemia de grupos que suenan y que se ven igual, me resulta refrescante el estilo del señor Grant. Su voz es perfectamente identificable, llena de fuerza y sentimiento. Su música crea atmósferas melancólicas. Sus letras son inteligentes, sarcásticas.

Sin duda, el mejor disco del 2010.

Con las siguientes interpretaciones en vivo querrás saber más de él (aquí y acá lo puedes hacer):







jueves, 17 de febrero de 2011

COLINAS COMO ELEFANTES BLANCOS

COLINAS COMO ELEFANTES BLANCOS
Ernest Hemingway

Del otro lado del valle del Ebro, las colinas eran largas y blancas. De este lado no había sombra ni árboles y la estación se alzaba al rayo del sol, entre dos líneas de rieles. Junto a la pared de la estación caía la sombra tibia del edificio y una cortina de cuentas de bambú colgaba en el vano de la puerta del bar, para que no entraran las moscas. El americano y la muchacha que iba con él tomaron asiento a una mesa a la sombra, fuera del edificio. Hacía mucho calor y el expreso de Barcelona llegaría en cuarenta minutos. Se detenía dos minutos en este entronque y luego seguía hacia Madrid.
—¿Qué tomamos? —preguntó la muchacha. Se había quitado el sombrero y lo había puesto sobre la mesa.
—Hace calor —dijo el hombre.
—Tomemos cerveza.
—Dos cervezas —dijo el hombre hacia la cortina.
—¿Grandes? —preguntó una mujer desde el umbral.
—Sí. Dos grandes.
La mujer trajo dos tarros de cerveza y dos portavasos de fieltro. Puso en la mesa los portavasos y los tarros y miró al hombre y a la muchacha. La muchacha miraba la hilera de colinas. Eran blancas bajo el sol y el campo estaba pardo y seco.
—Parecen elefantes blancos —dijo.
—Nunca he visto uno —. El hombre bebió su cerveza.
—No, claro que no.
—Nada de claro —dijo el hombre—. Bien podría haberlo visto.
La muchacha miró la cortina de cuentas.
—Tiene algo pintado —dijo—. ¿Qué dice?
—Anís del Toro. Es una bebida.
—¿Podríamos probarla?
—Oiga —llamó el hombre a través de la cortina.
La mujer salió del bar.
—Cuatro reales.
—Queremos dos de Anís del Toro.
—¿Con agua?
—¿Lo quieres con agua?
—No sé —dijo la muchacha—. ¿Sabe bien con agua?
—No sabe mal.
—¿Los quieren con agua? —preguntó la mujer.
—Sí, con agua.
—Sabe a orozuz —dijo la muchacha y dejó el vaso.
—Así pasa con todo.
—Si dijo la muchacha—- Todo sabe a orozuz. Especialmente las cosas que uno ha esperado tanto tiempo, como el ajenjo.
—Oh, basta ya.
—Tú empezaste —dijo la muchacha—. Yo me divertía. Pasaba un buen rato.
—Bien, tratemos de pasar un buen rato.
—De acuerdo. Yo trataba. Dije que las montañas parecían elefantes blancos. ¿No fue ocurrente?
—Fue ocurrente.
—Quise probar esta bebida. Eso es todo lo que hacemos, ¿no? ¿Mirar cosas y probar bebidas?
—Supongo.
La muchacha contempló las colinas.
—Son preciosas colinas —dijo—. En realidad no parecen elefantes blancos. Sólo me refería al color de su piel entre los árboles.
—¿Tomamos otro trago?
—De acuerdo.
El viento cálido empujaba contra la mesa la cortina de cuentas.
—La cerveza está buena y fresca —dijo el hombre.
—Es preciosa —dijo la muchacha.
—En realidad se trata de una operación muy sencilla, Jig —dijo el hombre—. En realidad no es una operación.
La muchacha miró el piso donde descansaban las patas de la mesa.
—Yo sé que no te va a afectar, Jig. En realidad no es nada. Sólo es para que entre el aire.
La muchacha no dijo nada.
—Yo iré contigo y estaré contigo todo el tiempo. Sólo dejan que entre el aire y luego todo es perfectamente natural.
—¿Y qué haremos después?
—Estaremos bien después. Igual que como estábamos.
—¿Qué te hace pensarlo?
—Eso es lo único que nos molesta. Es lo único que nos hace infelices.
La muchacha miró la cortina de cuentas, extendió la mano y tomó dos de las sartas.
—Y piensas que estaremos bien y seremos felices.
—Lo sé. No debes tener miedo. Conozco mucha gente que lo ha hecho.
—Yo también —dijo la muchacha—. Y después todos fueron tan felices.
—Bueno —dijo el hombre—, si no quieres no estás obligada. Yo no te obligaría si no quisieras. Pero sé que es perfectamente sencillo.
—¿Y tú de veras quieres?
—Pienso que es lo mejor. Pero no quiero que lo hagas si en realidad no quieres.
—Y si lo hago, ¿serás feliz y las cosas serán como eran y me querrás?
—Te quiero. Tú sabes que te quiero.
—Sí, pero si lo hago, ¿volverá a parecerte bonito que yo diga que las cosas son como elefantes blancos?
—Me encantará. Me encanta, pero en estos momentos no puedo disfrutarlo. Ya sabes cómo me pongo cuando me preocupo.
—Si lo hago, ¿nunca volverás a preocuparte?
—No me preocupará que lo hagas, porque es perfectamente sencillo.
—Entonces lo haré. Porque yo no me importo.
—¿Qué quieres decir?
—Yo no me importo.
—Bueno, pues a mí sí me importas.
—Ah, sí. Pero yo no me importo. Y lo haré y luego todo será magnífico.
—No quiero que lo hagas si te sientes así.
La muchacha se puso en pie y caminó hasta el extremo de la estación. Allá, del otro lado, había campos de grano y árboles a lo largo de las riberas del Ebro. Muy lejos, más allá del río, había montañas. La sombra de una nube cruzaba el campo de grano y la muchacha vio el río entre los árboles.
—Y podríamos tener todo esto —dijo—. Y podríamos tenerlo todo y cada día lo hacemos más imposible.
—¿Qué dijiste?
—Dije que podríamos tenerlo todo.
—Podemos tenerlo todo.
—No, no podemos.
—Podemos tener todo el mundo.
—No, no podemos.
—Podemos ir adondequiera.
—No, no podemos. Ya no es nuestro.
—Es nuestro.
—No, ya no. Y una vez que te lo quitan, nunca lo recobras.
—Pero no nos los han quitado.
—Ya veremos tarde o temprano.
—Vuelve a la sombra —dijo él—. No debes sentirte así.
—No me siento de ningún modo —dijo la muchacha—. Nada más sé cosas.
—No quiero que hagas nada que no quieras hacer…
—Ni que no sea por mi bien —dijo ella—. Ya sé. ¿Tomamos otra cerveza?
—Bueno. Pero tienes que darte cuenta…
—Me doy cuenta —dijo la muchacha. ¿No podríamos callarnos un poco?
Se sentaron a la mesa y la muchacha miró las colinas en el lado seco del valle y el hombre la miró a ella y miró la mesa.
—Tienes que darte cuenta —dijo— que no quiero que lo hagas si tú no quieres. Estoy perfectamente dispuesto a dar el paso si algo significa para ti.
—¿No significa nada para ti? Hallaríamos manera.
—Claro que significa. Pero no quiero a nadie más que a ti. No quiero que nadie se interponga. Y sé que es perfectamente sencillo.
—Sí, sabes que es perfectamente sencillo.
—Está bien que digas eso, pero en verdad lo sé.
—¿Querrías hacer algo por mi?
—Yo haría cualquier cosa por ti.
—¿Querrías por favor por favor por favor por favor callarte la boca?
El no dijo nada y miró las maletas arrimadas a la pared de la estación. Tenían etiquetas de todos los hoteles donde habían pasado la noche.
—Pero no quiero que lo hagas —dijo—, no me importa en absoluto.
—Voy a gritar —dijo la muchacha.
La mujer salió de la cortina con dos tarros de cerveza y los puso en los húmedos portavasos de fieltro.
—El tren llega en cinco minutos —dijo.
—¿Qué dijo? —preguntó la muchacha.
—Que el tren llega en cinco minutos.
La muchacha dirigió a la mujer una vívida sonrisa de agradecimiento.
—Iré llevando las maletas al otro lado de la estación —dijo el hombre. Ella le sonrió.
—De acuerdo. Ven luego a que terminemos la cerveza.
El recogió las dos pesadas maletas y las llevó, rodeando la estación, hasta las otras vías. Miró a la distancia pero no vio el tren. De regresó cruzó por el bar, donde la gente en espera del tren se hallaba bebiendo. Tomó un anís en la barra y miró a la gente. Todos esperaban razonablemente el tren. Salió atravesando la cortina de cuentas. La muchacha estaba sentada y le sonrió.
—¿Te sientes mejor? —preguntó él.
—Me siento muy bien —dijo ella—. No me pasa nada. Me siento muy bien.

jueves, 10 de febrero de 2011

MACBETH

Definitivamente, tienes que leer Macbeth de William Shakespeare.

Aquí encontrarás un breve (y divertido) resumen.


El siguiente pensamiento en voz alta de Lady Macbeth me encantó:

LADY MACBETH: Enronquece el cuervo que grazna anunciando la entrada fatal de Duncan en mis murallas. ¡Vengan, espíritus que ayudan a los pensamientos asesinos, despójenme de mi sexo, y de arriba a abajo infíltrenme la crueldad más implacable! Préstenme sangre fría, detengan el paso al remordimiento para que ni un solo punto de tristeza agite mi propósito sanguinario ni evite su realización. ¡Socórranme, ustedes los ministros del crimen, dondequiera que en su invisible esencia se encuentren esperando la perversidad y transformen en hiel la leche de mis senos de mujer! ¡Ven, negra noche, y envuélvete como en sudario con el humo infernal más denso, para que mi violento puñal no vea las heridas que causa, ni el cielo observe a través del manto de las tinieblas y me grite: ¡Detente, detente!

Lee la siguiente parte en inglés:


FIRST WITCH: Thrice the brinded cat hath mew'd.

SECOND WITCH: Thrice; and once the hedge-pig whin'd.

THIRD WITCH: Harpier cries:—'tis time, 'tis time.

FIRST WITCH: Round about the caldron go;
In the poison'd entrails throw.—
Toad, that under cold stone,
Days and nights has thirty-one
Swelter'd venom sleeping got,
Boil thou first i' the charmed pot!


ALL: Double, double, toil and trouble;
Fire, burn; and caldron, bubble.


SECOND WITCH: Fillet of a fenny snake,
In the caldron boil and bake;
Eye of newt, and toe of frog,
Wool of bat, and tongue of dog,
Adder's fork, and blind-worm's sting,
Lizard's leg, and howlet's wing,—
For a charm of powerful trouble,
Like a hell-broth boil and bubble.


ALL: Double, double, toil and trouble;
Fire, burn; and caldron, bubble.


THIRD WITCH: Scale of dragon, tooth of wolf,
Witch's mummy, maw and gulf
Of the ravin'd salt-sea shark,
Root of hemlock digg'd i' the dark,
Liver of blaspheming Jew,
Gall of goat, and slips of yew
Sliver'd in the moon's eclipse,
Nose of Turk, and Tartar's lips,
Finger of birth-strangl'd babe
Ditch-deliver'd by a drab,—
Make the gruel thick and slab:
Add thereto a tiger's chaudron,
For the ingredients of our caldron.


ALL: Double, double, toil and trouble;
Fire, burn; and caldron, bubble.

SECOND WITCH: Cool it with a baboon's blood,
Then the charm is firm and good.

HECATE: O, well done! I commend your pains;
And everyone shall share i' the gains.
And now about the cauldron sing,
Like elves and fairies in a ring,
Enchanting all that you put in.

(
Song: Black spirits and white, red spirits and gray;
Mingle, mingle, mingle, you that mingle may.)


SECOND WITCH: By the pricking of my thumbs,
Something wicked this way comes:—
Open, locks, whoever knocks!


Una interpretación diferente de lo que acabas de leer:



Aquí puedes leer la obra completa.

jueves, 3 de febrero de 2011

CUARTO CANTO DE ABANDONO

CUARTO CANTO DE ABANDONO
Efraín Huerta

Estoy muriendo solo de veloces venenos
mezclados con un llanto perfecto de agonía.
Estoy con las heridas claras del abandono
y el repetido canto burlón de la ceniza.
Estoy bañado en tristes, crueles desesperanzas,
cual brillo desmayado de virtud en derrota.
Estoy con una mano señalando la aurora
y el corazón cansado de su tímida sangre.
Estoy como gritando por el frío y la pena,
siendo nomás un leve pétalo de violeta.
Estoy nadando en brumas, crucificado en la
deshecha adolescencia que viví sin saberlo.
Estoy en lo que dicen las ventanas abiertas:
palabras, desconsuelo, doméstica lujuria.

Estoy cargado de odio y bien encarcelado
por aniquilamientos, abandonos y noches.
Estoy, secos los labios, interrogando a nadie
por mi destino idéntico a bandera raída.
Estoy sólidamente pegado a la tristeza
y en trance melancólico de no poder llorar
por tu ausencia de estrella, maravillosa mía,
por tu voz infinita como sudor que brota
cuando somos campanas en desorden y besos,
por tu fina traición a las lluviosas tardes
en que comíamos uvas y redondos granizos.

Estoy muriendo solo de veloces venenos
mezclados con un llanto perfecto de agonía.
Estoy chorreando lenta, penosísima angustia,
como ahogado que mide el espesor del mar.

Estoy en el confuso día sin equilibrio
y caen las mariposas como perfume seco.
Estoy con ese húmedo destello de la muerte
con fuerza que es latido de párpados calientes.

Estoy sin juventud, dolido, inexplicable
como fiebre en el mármol o rosa desteñida,
con las manos abiertas a la dicha del mundo
y una quietud mortal en el alma quemada.


Aquí se consigue el libro y acá para saber más del autor.

miércoles, 2 de febrero de 2011

RESUMEN MENSUAL DE CINE

En esta nueva sección, calificaré, de forma breve, las películas que vi durante el mes.

ENERO

BUENAS

BLACK SWAN es una obra de arte. Música, fotografía, guión, dirección, actuaciones... de gran nivel. Aronofsky ha encontrado la forma de hacer cine "popular" de muy alta calidad. Mi favorita para que se lleve todos los premios OSCAR.

127 HOURS de Danny Boyle es todo un viaje. Música y fotografía trepidantes; y un James Franco sorprendente.

HIROSHIMA, de Pablo Stoll (Whisky) es una cinta de alto riesgo: acompañamos al protagonista, un joven que no hace nada en el día, a hacer lo que hace en el día. Además, las voces humanas han sido suprimidas. Grata sorpresa.


LA MITAD DEL MUNDO, de Jaime Ruiz Ibáñez, no entiende a MINGO, un adolescente con ligero autismo que despierta sexualmente. Divertida y reflexiva.

ENDHIRAN, de Shankar, es todo un espectáculo, lo que YO, ROBOT debió haber sido. Es la cinta más cara que se ha realizado en la India. Y como extra, Aishwarya Rai (Miss India y Miss Mundo).


REGULARES

SPLICE de Vincenzo Natali comienza bien, pero al final se cae porque quisieron darle vueltas de tuerca de más. Me gustó que los científicos, Adrien Brody y Sarah Polley, tuvieran una ondita cool estilo The big bang theory.

THE GREEN HORNET de Michel Gondry es totalmente Seth Rogen. No sólo su humor, sino que él mismo la escribió y produjo. Aun así, divierte y algunos destellos de la mente imaginativa de Gondry la levantan.

TRUE GRIT de los hermanos Coen fue una total decepción. No porque sea mala, sino que no tiene punto de comparación con NO COUNTRY FOR OLD MEN. Abundan los lugares comunes.

MALAS

LET ME IN de Matt Reeves no aporta nada a la versión original (y magistral) de Tomas Alfredson. Al contrario, le añade cosas que la perjudican como meter a un detective. Los efectos visuales parecen de videojuego. No pierdas el tiempo, mejor ve la original y lee la novela de Lindqvist.