viernes, 27 de mayo de 2011

ALTAZOR

Fragmentos de ALTAZOR, de Vicente Huidobro:


Nací a los treinta y tres años, el día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las hortensias y los aeroplanos del calor.
Tenía yo un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Lanzaba suspiros de acróbata.
Mi padre era ciego y sus manos eran más admirables que la noche.
Amo la noche, la noche del día, del día al día siguiente.
Mi madre hablaba como la aurora y como los dirigibles que van a caer. Tenía cabellos color de bandera y ojos llenos de navíos lejanos.
Una tarde cogí mi paracaídas y dije: "Entre una estrella y dos golondrinas". He aquí la muerte que se acerca como la tierra al globo que cae.
Mi madre bordaba lágrimas desiertas en los primeros arcos iris.
Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte...

Cae
Cae eternamente
Cae al fondo del infinito
Cae al fondo de ti mismo
Cae lo más bajo que se pueda caer
Cae sin vértigo
A través de todos los espacios y todas las edades
A través de todas las almas de todos los anhelos y todos los naufragios
Cae y quema al pasar los astros y los mares
Quema los ojos que te miran y los corazones que te aguardan
Quema el viento con tu voz
El viento que se enreda en tu voz
Y la noche que tiene frío en su gruta de huesos
Cae en infancia
Cae en vejez
Cae en lágrimas
Cae en risas
Cae en música sobre el universo
Cae de tu cabeza a tus pies
Cae de tus pies a tu cabeza
Cae del mar a la fuente
Cae al último abismo de silencio
Como el barco que se hunde apagando sus luces...

El cielo tiene miedo de la noche
Cuando el mar hace dormir los barcos
Cuando la muerte se nutre en los rincones
Y la voz del silencio se llena de vampiros
Entonces alumbramos un fuego bajo el oráculo
Para aplacar la suerte
Y alimentamos los milagros de la soledad
Con nuestra propia carne
Entonces en el cementerio sellado
Y hermoso como un eclipse
La rosa rompe sus lazos y florece al reverso de la muerte...

Soy todo montalas en la azulaya
Bailo en las volaguas con espurinas
Una corriente tras de la otra
Ondola en olañas mi rugazuleo
Las verdondilas bajo la luna del selviflujo
Van en montonda hasta el infidondo
Y cuando bramuran los hurafones
Y la ondaja lanza a las playas sus laziolas
Hay un naufundo que grita pidiendo auxilio
Yo me hago el sordo
Miro las butraceas lentas sobre mis tornadelas
La subaterna con sus brajidos
Las escalolas de la montasca
Las escalolas de la desonda
Que no descansan hasta que roen el borde de los altielos
Hasta que llegan al abifunda
En tanto en pirata canta
Y yo lo escucho vestido de verdiul
La lona en el mar riela
En la luna gime el viento
Y alza en blanco crujimiento
Alas de ola en mi azul...




Aquí pueden leerlo completo.

lunes, 23 de mayo de 2011

EL PAÍS DE RAY BRADBURY

EL PAÍS DE RAY BRADBURY
Miguel Antonio Lupían Soto

“Fuck me, Ray Bradbury”
Rachel Bloom


¿Qué hubiera pasado si Buck Rogers, el mítico personaje de la revista Amazing Stories, no hubiera entrado al cuarto de Ray a los nueve años y le hubiera dicho que gritara, saltara, jugara… que dejara atrás a esos hijos de puta (compañeros de Ray que un mes atrás lo hicieron romper sus historietas) porque ellos nunca vivirían como él?

La respuesta es simple: No existiría uno de los mejores escritores de ciencia ficción.

Aunque a Bradbury no le gusta ese término: “La gente suele llamarme escritor de ciencia ficción, pero no creo que eso sea cierto. Me pienso como un mago capaz de aparecer y desaparecer cosas enfrente de ti sin que sepas cómo sucedió.”

Dos magos marcaron la vida de Ray: Blackstone the Magician, que recibió la ayuda de Ray para desaparecer un elefante y Mr. Electrico, que lo tocó con una espada cargada de electricidad y le gritó: ¡Vive por siempre! Al día siguiente Ray regresó a Arizona y se dedicó a escribir de tiempo completo. Se convirtió en un mago. En el mejor mago.

Ray Bradbury, novelista, cuentista, poeta, ensayista y guionista, nació el 22 de Agosto de 1920 en un pequeño pueblo de Illinois llamado Waukegan, que le ha servido de inspiración para muchas de sus novelas y cuentos. Tuvo la fortuna de tener siempre libros a la mano. En casa de los abuelos tenían Alicia en el país de las maravillas, El mago de Oz, Los cuentos de los hermanos Grimm… y en casa de su tío Bion, que vivía a una cuadra, encontró los libros de Edgar Rice Burroughs.

“Crecí leyendo y amando las tradicionales historias de fantasmas de Dickens, Lovecraft, Poe y más tarde Kuttner, Bloch y Clark Ashton Smith.”

Cuando Ray tenía ocho años, pensó en ser escritor al ver las portadas maravillosas de Amazing y Wonder Stories. Eran tan mágicas y encantadoras que decidió algún día deslizarse entre ellas y nunca más salir. Así sucedió.

A partir de los doce años comenzó a escribir al menos mil palabras por día, pero tardó en descubrir su verdadero yo. “Tenía veintidós cuando una tarde al fin lo descubrí. Escribí el título El lago en la primera página de una historia que se terminó dos horas más tarde, sentado ante mi máquina en un porche, al sol, con lágrimas cayéndome de la nariz y el pelo de la nuca erizado. ¿Por qué el pelo de punta y la nariz chorreante? Me daba cuenta de que por fin había escrito un cuento realmente bueno. El primero en diez años. Y no sólo era un buen cuento sino una especie de híbrido, algo al borde de lo nuevo. No un cuento de fantasmas tradicional sino un cuento sobre el amor, el tiempo, el recuerdo y el ahogo.”

Weird Tales le dio muchas vueltas, pero lo publicó y le dieron veinte dólares.

Después empezó a hacer listas de títulos, “provocaciones, en última instancia, que hicieron aflorar mi mejor material”:
El lago, La noche, Los grillos, El barranco, El desván, El sótano, El escotillón, El bebé, La multitud, El tren nocturno, La sirena, La guadaña, La feria, El carrusel, El enano, El laberinto de espejos, El esqueleto, El prado, El arcón de los juguetes, El monstruo, Tiranosaurio Rex, El reloj del pueblo, El viejo, La vieja, El teléfono, Las aceras, El ataúd, La silla eléctrica, El mago…

Descubrió que sus viejos amores y miedos tenían que ver con circos y ferias.

“Empecé a recorrer las listas, elegir cada vez un nombre, y sentarme a escribir a propósito un largo ensayo-poema en prosa. En algún punto a mitad de la primera página, o quizás en la segunda, el poema en prosa se convertía en relato. Lo cual quiere decir que de pronto aparecía un personaje diciendo Ése soy yo, o quizás ¡Esa idea me gusta! Y luego el personaje acababa el cuento por mí.”

Así, cuando miró en la lista El esqueleto, recordó que de niño le gustaba dibujar esqueletos para espantar a sus primitas y su canción favorita era: No es ser infiel / quitarse la piel / y bailar en huesos. Después acudió al doctor por una leve molestia en la garganta. El doctor le dijo que simplemente había descubierto su laringe. Le recetó una aspirina y le cobró dos dólares. “¿Por qué no escribir el cuento de un hombre aterrorizado que descubre debajo de la piel, en la carne, escondido, un símbolo de todos los horrores góticos de la historia: un esqueleto?”

Empezó a juntar presión. Ahora las ideas venían más rápido, y todas de sus listas. “Subía a rondar por los desvanes de mis abuelos y bajaba a sus sótanos. Escuchaba las locomotoras de medianoche que aullaban por el paisaje del norte de Illinois, y era la muerte, un cortejo funeral que se llevaba a mis seres queridos a un cementerio lejano. Me acordé de las cinco de la mañana, de las llegadas del Ringling Borthers o el Barnum and Bailey en la madrugada y los animales desfilando antes del amanecer, rumbo a los prados vacíos donde las grandes tiendas se alzarían como setas increíbles. Me acordé de Mr. Electrico y su silla eléctrica viajera. Me acordé de Blackstone the Magician que jugaba con pañuelos y hacía desaparecer elefantes en el escenario de mi pueblo. Me acordé de mi abuelo, mi hermana y de varias tías y primas, para siempre en sus ataúdes, en camposantos donde las mariposas se posaban en las tumbas como flores y las flores volaban sobre las lápidas como mariposas. Me acordé de mi perro, perdido durante días, volviendo a casa una noche de invierno, muy tarde, con la pelambre llena de nieve, barro y hojas.”

Y de esos recuerdos ocultos en los nombres, perdidos en las listas, empezaron a estallar, a explotar las historias.

El recuerdo del perro y su pelambre invernal se convirtió en El emisario, un cuento sobre un niño, en cama, enfermo, que envía a su perro a que junte las estaciones en el cuerpo y vuelva a informarle. Pero una noche, el perro regresa de un viaje al cementerio acompañado.

La vieja se convirtió en Había una anciana, sobre una dama que se niega a morir, y que desafiando a la Muerte, exige a los enterradores que le devuelvan el cuerpo.

La jarra fue el resultado de entrar, por equivocación, a una exposición de feria donde vio un montón de fetos humanos y gatos y perros exhibidos en frascos con marbetes. “Me horrorizaron la mirada de esos muertos nonatos y los nuevos misterios de la vida que ellos metieron en mi cabeza esa noche y a lo largo de los años. Nunca les hablé a mis padres de los frascos y los fetos en formol. Había tropezado, sabía, con ciertas verdades que era mejor no discutir.”

Para La multitud recordó una conmoción terrible cuando, a los quince años, salió corriendo de la casa de un amigo para enfrentarse con un coche que se había llevado por delante una valla callejera y había salido disparado contra un poste de teléfono. El coche estaba partido por la mitad. Había dos muertos en el asfalto y una mujer murió justo cuando él llegaba. El accidente había ocurrido en una intersección flanqueada a un lado por fábricas vacías y un patio de escuela abandonado, y al otro por un cementerio. Sin embargo en un instante, al parecer, se había reunido una multitud. ¿De dónde había salido? “Con el tiempo sólo conseguí imaginar que algunos, de extraño modo, habían salido de las fábricas vacías o, más extrañamente aún, del cementerio. Después de escribir apenas unos minutos se me ocurrió que sí, esa multitud era siempre la misma multitud, que se reunía en todos los accidentes. Eran víctimas de accidentes de hacía años, destinadas fatalmente a volver y rondar los escenarios de accidentes nuevos.”

El enano surgió cuando paseaba con sus amigos Leigh Brackett y Edmond Hamilton en un laberinto de espejos del viejo muelle de Venice. Ed dijo: “Larguémonos de aquí antes de que Ray escriba un cuento sobre un enano que viene todas las noches a mirarse en un espejo que lo alarga.”

El bebé de la lista era yo, claro.” Recordó una vieja pesadilla sobre nacer. “Me recordé en la cuna, con tres días de edad, aullando por la experiencia de haber sido empujado al mundo: la presión, el frío, el chillido vital. Recordé el seno de mi madre. Recordé al médico, a mi cuarto día de vida, inclinándose hacia mí con un escalpelo para llevar a cabo la circuncisión. Recordé, recordé.” Cambió el título de El bebé por el de El pequeño asesino que ha sido antologado docenas de veces.

¿Acaso Ray Bradbury escribió relatos basados en todos los títulos de su lista? En absoluto. Pero sí de la mayoría. El resultado fue el libro de cuentos DARK CARNIVAL, publicado en 1947 por Arkham House, la legendaria editorial que fundaron August Darleth y Donald Wandrei.

Después, Bradbury seleccionó, ordenó y en algunos casos reescribió sus cuentos preferidos entre sus primeros trabajos dando lugar a EL PAÍS DE OCTUBRE …el país donde siempre está haciéndose tarde. El país donde las colinas son niebla y los ríos neblina; donde el mediodía pasa rápidamente, donde se desmoronan la oscuridad y el crepúsculo y la medianoche no se mueve. El país que es principalmente sótanos, subsótanos, carboneras, armarios, altillos y despensas alejadas del sol. El país que habitan gentes de otoño, que sólo tienen pensamientos otoñales. Gentes que pasan por las aceras desiertas con un sonido de lluvia…

Ricado Bernal y Doris Camarena señalan: “En Dark Carnival ya es posible identificar el estilo acabado del Bradbury posterior, con el que pronto alcanzaría la fama internacional y el reconocimiento del público más diverso. En estas mismas narraciones inaugurales, donde se percibe un autor fuertemente atraído por lo macabro, también es ya evidente su nostálgica visión del Estados Unidos de los años veintes. Tal pareciera que a Bradbury la placidez de su infancia pueblerina le obligase a volver los ojos una y otra vez hacia el pasado, hacia un tiempo en que, dejada atrás la oscura etapa de la primera guerra mundial, los estadounidenses, deslumbrados por la intensa luz del Hollywood de oro, intentaban retomar su sueño americano. Los primeros cuentos de Bradbury suelen evocar esas imágenes idílicas que surgieron de pantallas en blanco y negro. El escenario Bradburiano resulta tan exento de sordidez como las legendarias ilustraciones de Norman Rockwell. La diferencia entre el dulzón panorama de los cuadros de Rockwell y el de los cuentos de Bradbury es que en la narrativa de éste último se cuela insistentemente lo siniestro.”

El país de octubre son muchos lugares: un pueblo pintoresco mexicano donde la muerte es una atracción turística, una ciudad debajo de la ciudad donde los amantes ahogados se reúnen en silencio, una feria donde un enano cumple sus fantasías noche tras noche. Donde las jarras guardan memorias y pesadillas, donde un recién nacido planea la muerte de su madre, donde un esqueleto le declara la guerra a sí mismo…

Los habitantes de El país de octubre viven, sueñan, trabajan, mueren y, en algunas ocasiones, vuelven a vivir descubriendo, a veces demasiado tarde, el alto costo de la ciudadanía.

El país de octubre es una tierra de metáforas donde el viento de medianoche eleva al lector por encima de la Tierra dormida en las extrañas alas del tío Einar.

Estas maravillosas historias y, por consiguiente, las que vendrían después (más de 500 textos publicados), no hubieran sido posibles sin la ayuda de Maggie Bradbury (1922-2003). Ella sostuvo la carrera de Ray a finales de los cuarentas. Se levantaba a las 7:30 de la mañana y atravesaba todo Los Angeles para ir a trabajar en una época donde estaba mal visto que la mujer lo hiciera.

Henry Kuttner, novelista y cuentista de terror y ciencia ficción y maestro de Ray, le dio un ejemplar de Winesburg, Ohio, de Sherwood Anderson. Al terminar el libro, Ray se dijo: “Un día quisiera escribir una novela con gente parecida pero que pase en Marte.” Hizo una lista con la clase de tipos que le gustaría plantar en Marte y unos años después ya tenía una serie de cuentos sobre el planeta rojo… Crónicas marcianas, del que Jorge Luis Borges señaló en el prólogo de la edición en español: “¿Cómo pueden tocarme esas fantasías y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay unas pocas experiencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para transmitirlas, recurra a lo fantástico o a lo real, a Macbeth o a Raskolnikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o la novelería de la science-fiction? En este libro de apariencia fantasmagórica, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como los puso Sinclair Lewis en Main Street.

Pero eso es otra historia.

Bradbury ha sido galardonado con la Medalla por Contribución Distinguida a las Letras Americanas de The National Book Foundation en el 2000 y con la Medalla Nacional en Artes en el 2004. Ha ganado los premios: O. Henry Memorial Award, Benjamin Franklin Award, World Fantasy Award for Lifetime Achievement, Grand Master Award from the Science Fiction Writers of America, PEN Center USA West Lifetime Achievement Award, entre otros.

“Todas las mañanas salto de la cama y piso una mina. La mina soy yo. Después de la explosión, me paso el resto del día juntando los pedazos. Ahora les toca a ustedes. ¡Salten!”

Te invito al descubrimiento o relectura de este gran artista. Sobre todo de El país de octubre, una obra entrañable que nos muestra la esencia del Bradbury que años después todos reconocerían por obras como El hombre ilustrado, Crónicas marcianas y Fahrenheit 451.

Ray Bradbury es un clásico que nunca pasará de moda y que las nuevas generaciones, después de leerlo, gritarán a todo pulmón lo mismo que la bella señorita Rachel Bloom: Fuck me, Ray Bradbury!




Ray Bradbury: “El país de octubre”; Minotauro, 1994.
Ray Bradbury: “Zen en el arte de escribir”; Minotauro, 2002.
Ricardo Bernal y Doris Camarena: “El primer Bradbury: los senderos fantásticos”; Suplemento cultural El ángel, 2009.
Jorge Luis Borges: prólogo de “Crónicas marcianas”; Minotauro, 2007.

viernes, 13 de mayo de 2011

CURSO DE LITERATURA FANTÁSTICA

Recorrido por las principales obras y autores fantásticos.
Diez sesiones sabatinas de 11 a 13 hrs.
Inicia 11 de junio de 2011


CURSO DE LITERATURA FANTÁSTICA

SESIÓN I
La literatura fantástica
El viaje del héroe

SESIÓN II
Lo gótico
Los vampiros

SESIÓN III
Poe
Lo victoriano

SESIÓN IV
Lovecraft y el horror cósmico

SESIÓN V
Horror contemporáneo

SESIÓN VI
Literatura infantil

SESIÓN VII
Los argentinos fantásticos

SESIÓN VIII
Los mexicanos fantásticos

SESIÓN IX
Ciencia ficción

SESIÓN X
El cine fantástico


$500 mensual

Nicolás San Juan 603
Col. Del Valle
México, D.F.

miguel.lupian@gmail.com

domingo, 8 de mayo de 2011

MALIGNO EN EL ALICIA

La noche del 7 de mayo el mítico ALICIA se convirtió en el MALICIA.

Y no sólo porque MALIGNO presentó su más reciente producción, THE FUNERAL DOMINE, también porque el par de bandas abridoras que se encargaron de calentar la noche lo hicieron de forma alucinante.

EL DIABLO, YOKOZUNA, MALIGNO... Con sólo escuchar el nombre de las bandas uno imaginaba que no habría lugar para oídos y cuellos débiles. Y así fue.


A pesar de ser la primera vez que escuchaba a EL DIABLO, se ganaron mi respeto con su rock stoner psicodélico. ¡Vaya que sabe tocar este trío de chamucos greñudos y barbados! Inmediatamente prendieron con su destreza y potencia. El bajista demostró cómo se debe tocar un bajo rickenbacker. Y se despidieron, de forma épica, con el cover de Voodoo child de Hendrix. Hay que seguir a estos hijos del averno (Aquí pueden escucharlos).

Los hermanos Tranquilino, mejor conocidos como YOKOZUNA, mantuvieron la potencia con rolas como Salpícame, Boom boom, Ya no queda nada, Crank, Caliéntame... José Antonio es una bestia en la batería. No es la primera vez que los veo (ni la última). Nunca decepcionan. Este dúo se ha convertido en una de mis bandas favoritas. (Aquí pueden saber más de estos carnales).



Y llegó el plato fuerte: los regios de MALIGNO. Me convertí automáticamente en su fan con sólo observar la portada de su primer disco: fondo negro y maligno en letras rojas sobre un cráneo. Al escucharlos supe que no habría vuelta atrás. Su maldad se inoculó en mis venas y ahora no puedo concebir la escena metalera mexicana sin la palabra MALIGNO adherida a ella. Reconocí a Andrés (batería) y a Luis (voz) por su trabajo en otras bandas (que me agradaban bastante, sobretodo la de Luis) y esperé con ansia el segundo disco. Llegó bajo el nombre de UNIVERSEVIL y estuve en primera fila en el CHOPO para la presentación. Luego en el VIVE LATINO y ahora presentando THE FUNERAL DOMINE.

Después de comprar el paquete disco/playera y de beberme un par de cervezas, me colé hasta enfrente, me acomodé los anteojos y conjuré al maligno. Este llegó con todo su poder y sabiduría. El piso retumbó, mis oídos gritaron de placer. El Alicia nunca había sonado tan bien, tan limpio a pesar de la potencia. Y es que estos tipos son unos prodigios. Iván voló sobre mi cabeza con sus solos de guitarra inmaculados, el bajo potente de Marco me hizo bailar danzas paganas, la guitarra bestial de Zef despertó mi instinto animal, crucé el Estigia sobre la batería de Andrés y Luis se metió en mi cabeza para decirme lo que siempre había querido escuchar.

Sobresalieron (aunque el nivel nunca menguó): Insano, Devildrive, Walk on shadows, The red witch, Shine...

Las nuevas canciones sonaron bien amarradas, potentes... malignas.

Así debe de sonar el metal.












Aquí pueden escucharlos.



viernes, 6 de mayo de 2011

ESPANTAPÁJAROS 08

15

Exigió que sus esclavos le escupieran la frente, y colgado de las patas de una cigüeña, abandonó sus costumbres y sus cofres de sándalo.

¿Sabía que las esencias dejan un amargor en la garganta? ¿Sabía que el ascetismo puebla la soledad de mujeres desnudas y que toda sabiduría ha de humillarse ante el mecanismo de un mosquito?

Durante su permanencia en el desierto, su ombligo consiguió trasuntar buena parte del universo. Allí, las arañas que llevan una cruz sobre la espalda lo preservaron de los súcubos extrachatos. Allí intimó con los fantasmas que recorren en zancos la eternidad y con los cactus que tienen idiosincrasias de espantapájaro, pero aunque tuvo coloquios con el Diablo y con el Señor, no pudo descubrir la existencia de una nueva virtud, de un nuevo vicio.

El ayuno de toda concupiscencia ¿le permitiría saborear el halago de que un mismo fervor lo acompañara a todas partes, con su miasma de sumisión y de podredumbre?

Precedido por una brisa que apartaba las inmundicias del camino, las poblaciones atónitas lo vieron pasar cargado de aburrimiento y de parásitos.

Su presencia maduraba las mieses. La sola imposición de sus manos hacía renacer la virilidad y su mirada infundía en las prostitutas una ternura agreste de codorniz.

¡Cuántas veces su palabra cayó sobre la multitud con la mansedumbre con que la lluvia tranquiliza el oleaje!

Sobre la calva un resplandor fosforescente y millares de abejas alojadas en la pelambre de su pecho, aparecía al mismo tiempo en lugares distintos, con un desgano cada vez más consciente de la inutilidad de cuanto existe.

Su perfección había llegado a repugnarle tanto como el baño o como el caviar. Ya no sentía ninguna voluptuosidad en paladear la siesta y los remansos encarnado en un yacaré. Ya no le procuraba el menor alivio que los leprosos lo esperaran para acariciarle la sombra, ni que las estrellas dejasen de temblar, ante el tamaño de su ternura y de su barba.

Una tarde, en el recodo de un camino, decidió inmovilizarse para toda la eternidad.

En vano los peregrinos acudieron, de todas partes, con sus oraciones y sus ofrendas. En vano se extremaron, ante su indiferencia, los ritos de la cábala y de la mortificación. Ni las penitencias ni las cosquillas consiguieron arrancarle tan siquiera un bostezo, y en medio del espanto se comprobó que mientras el verdín le cubría las extremidades y el pudor, su cuerpo se iba transformando, poco a poco, en una de esas piedras que se acuestan en los caminos para empollar gusanos y humedad.



16

A unos les gusta el alpinismo. A otros los entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración.

Mientras aquéllos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre una mesa, yo me lo paso transmigrando d eun cuerpo a otro, yo no me canso nunca de transmigrar.

Desde el amanecer, me instalo en algún eucalipto a respirar la brisa de la mañana. Duermo una siesta mineral, dentro de la primera piedra que hallo en mi camino, y antes de anochecer ya estoy pensando la noche y las chimeneas con un espíritu de gato.

¡Qué delicia la de metamorfosearse en abejorro, la de sorber el polen de las rosas! ¡Qué voluptuosidad la de ser tierra, la de sentirse penetrado de tubérculos, de raíces, de una vida latente que nos fecunda... y nos hace cosquillas!

Para apreciar el jamón ¿no es indispensable ser chancho? Quien no logre transformarse en caballo ¿podrá saborear el gusto de los valles y darse cuenta de lo que significa "tirar del carro"?...

Poseer una virgen es muy distinto a experimentar las sensaciones de la virgen mientras la estamos poseyendo, y una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarlo con unos ojos de cangrejo.

Por eso a mí me gusta meterme en las vidas ajenas, vivir todas sus secreciones, todas sus esperanzas, sus buenos y sus malos humores.

Por eso a mí me gusta rumiar la pampa y el crepúsculo personificado en una vaca, sentir la gravitación y los ramajes con un cerebro de nuez o de castaña, arrodillarme en pleno campo, para cantarle con una voz de sapo a las estrellas.

¡Ah, el encanto de haber sido camello, zanahoria, manzana, y la satisfacción de comprender, a fondo, la pereza de los remansos... y de los camaleones!...

¡Pensar que durante toda su existencia, la mayoría de los hombres no han sido ni siquiera mujer!... ¿Cómo es posible que no se aburran de sus apetitos, de sus espasmos y que no necesiten experimentar, de vez en cuando, los de las cucarachas... los de las madreselvas?

Aunque me he puesto, muchas veces, un cerebro de imbécil, jamás he comprendido que se pueda vivir, eternamente, con un mismo esqueleto y un mismo sexo.

Cuando la vida es demasiado humana -¡únicamente humana!- el mecanismo, de pensar ¿no resulta una enfermedad más larga y más aburrida que cualquier otra?

Yo, al menos, tengo la certidumbre que no hubiera podido soportarla sin esa aptitud de evasión, que me permite trasladarme adonde yo no estoy: ser hormiga, jirafa, poner un huevo, y lo que es más importante aún, encontrarme conmigo mismo en el momento en que me había olvidado, casi completamente, de mi propia existencia.



*Para leer más de Espantapájaros, selecciona Girondo en ETIQUETAS.

miércoles, 4 de mayo de 2011

RESUMEN MENSUAL DE CINE

Breves y vertiginosas reseñas de las películas que vi en abril:

BUENAS

*LA MUJER QUE CANTABA, o mejor conocida como INCENDIOS, es la adaptación de la obra teatral de Wajdi Mouwad. La mamá de un par de chico gemelos les deja, a modo de testamento, unas cartas donde les pide que busquen a su papá (que lo hacía muerto) y a un hermano del que desconocían su existencia. Viaje poético y dinámico por la tierra natal de los personajes donde encuentran más de lo que querían saber. Esta cinta debió haber ganado el Oscar a mejor película extranjera. Imperdible.

EL ENCANTO DEL ERIZO es la historia de una niña culta (muy al estilo de La culpa la tiene Fidel) que no le encuentra el sentido a la vida hasta que conoce a la portera y al nuevo vecino japonés. Elegante y muy bien contada.

VANISHING ON 7TH STREET es la más reciente película de Brad Anderson (El maquinista). De repente, se va la luz y seres extraños aparecen. Inquietante. Se aprovecha del miedo primordial a la oscuridad.

*CUATRO ESTACIONES es un documental ficcionado que nos retrata la vida en un pequeño poblado italiano a través de cuatro protagonistas: hombre, animal, vegetal y mineral. Delicada, poética y entrañable.

*LAS MARIMBAS DEL INFIERNO es la historia de don Alfonso, un marimbero guatemalteco al que ya nadie quiere contratar. Encuentra a Blacko, un mítico músico del heavy metal y a Chiquilín (que se roba la película) e inician un proyecto musical sui géneris.

*MI FELICIDAD es una descarnada reflexión sobre la miseria moral en que se sumergieron los otrora países comunistas. No es una película fácil. Requiere tu total concentración para no perderte entre todas las historias que se exponen.

*ALGO ASÍ COMO UN BUEN TIPO es una película ligera y divertida acerca de la vida de un mafioso noruego que acaba de salir de la cárcel y que quiere reivindicarse, pero no será tan sencillo.


*UNA JOVEN Y BELLA ESPOSA es la historia de un viejo profesor israelí que tiene como esposa a Naomi, el equivalente de Scarlet Johannson. Obviamente, el viejo profesor sospecha que algún día alguien más joven se la robará. La mamá del profesor, la típica madre judía, se lleva la película.

INSIDE JOB es el documental que ganó el Oscar. Nos explica, a grandes rasgos y de forma sencilla y dinámica, el porqué de la crisis económica de hace un par de años (de la que no nos hemos podido recuperar).


REGULARES

SCREAM 4 empieza muy bien, con una crítica filosa acerca de otras películas de terror y de la propia Scream (Stab). Wes Craven sabe contar muy bien las historias, pero creo que el tema de scream ya estaba agotado... Extraño al Craven onírico.

*JEAN GENTIL es la historia de Jean Remy, un haitiano políglota, profesor y contador que no encuentra trabajo en República Dominicana. La fotografía (natural) es espectacular, pero pintan como un alma de dios al pobre Jean y eso le resta credibilidad.

MALAS

*LUCÍA es una costurera chilena que vive con su padre desempleado. El director intentó hacer una introspección acerca de esa generación que no se ha podido recuperar de la dictadura militar. Por momentos lo logra. Las secuencias en stop motion son muy buenas, pero la historia se vuelve sosa y el personaje es muy plano. Si puedes elegir, mejor ve la videoinstalación que le dedicaron en la Cineteca.


MENCIÓN HONORÍFICA

MARATÓN DE CINE DE GRAJALES. En esta ocasión: LOS GRITOS DEL SILENCIO: SANGRIENTO CINE SILENTE. Blood tea and red string, Themroc, Vase de noces, Defenceless y The afterman.

MARATÓN DE NEUROCINE. Con esta programación inauguramos los neuromaratones en la KGB. CASAS EMBRUJADAS (bastante apropiado): The amityville horror, House on haunted hill, Wait until darkness, Casper y Poltergeist.



*FORO INTERNACIONAL DE LA CINETECA.