Editorial Almadía nos presenta la antología Largueza del cuento corto chino.
"Largueza del cuento corto chino reúne los mejores ejemplos de una literatura para la cual no existen divisiones nítidas entre los sueños y la vigilia, entre la filosofía y las soluciones prácticas; y donde lo místico, lo extraordinario y lo cotidiano se confabulan para arrojar al hombre a la iluminación. Por medio de diálogos entre discípulos y maestros, dragones y ministros, tigres y cazadores, viajeros y fantasmas, cada pieza transmite la sabiduría de una civilización milenaria. Cuentos que con naturalidad y gracia llegan a las mismas conclusiones que ciertos tratados filosóficos desarrollan con una argumentación tan compleja como abstracta. Y es que al confrontarse con la profundidad de estos relatos se fracturan las ilusiones y los engaños de la conciencia".
José Vicente Anaya es el encargado de la recopilación, del prólogo, de la traducción y de las notas.
Una muestra de lo que encontrarán:
SUEÑO Y REALIDAD
Un hombre del reino de Cheng estaba cortando leña en un bosque cuando, de pronto, pasó junto a él un ciervo espantado y lo mató. Temeroso de que otros lo descubrieran, rápidamente hizo una zanja donde lo ocultó con ramas de arbustos. Poco después olvidó el escondrijo y creyó que todo había ocurrido en un sueño. Camino a su casa contó el suceso a mucha gente como si se hubiera tratado de un sueño. Entre los oyentes hubo uno que decidió buscar al ciervo y lo encontró; volvió a su casa con tan preciada carga y dijo a su esposa:
-Un leñador soñó que había matado a un ciervo y que después no recordaba dónde lo había ocultado. Pero ahora resulta que yo lo encontré. Su sueño tuvo que haber sido realidad.
-¡No!, tú eres quien soñó que un leñador había matado a un ciervo –dijo la esposa-- ¿Realmente crees que ese leñador existió? Tu sueño se hizo realidad.
-Si encontré al ciervo por un sueño –contestó el marido-, ¿qué caso tiene averiguar cuál de los dos soñó?
El leñador regresó a su casa sumamente perturbado. Esa noche soñó que el otro había encontrado al ciervo y a la maña siguiente fue a disputárselo. Discutieron largo tiempo. Y como no llegaban a ningún acuerdo sobre la pertenencia del ciervo, recurrieron a un juez. El juez dijo al leñador:
-A ver. Pongamos las cosas en claro: primero mataste a un ciervo y luego creíste que fue un sueño. Más tarde lo soñaste y creíste que era realidad. El otro encontró al ciervo y ahora te lo disputa, aunque su mujer piensa que él te soñó… Pero como el ciervo está aquí, lo mejor es que se lo repartan.
El rey de Cheng se enteró de todo lo sucedido y preguntó:
-¿Y ese juez, no estará soñando que reparte un ciervo?
Lieh Tsé
EL GRAN CAZO MÁGICO
Un labrador muy pobre estaba arando su campo cuando, de pronto, su arado de madera se quebró al chocar contra un objeto duro. Era un enorme cazo. Se lo llevó con él para recompensar la avería. Al llegar a su casa, su esposa lo insultó por el accidente.
El labrador iba contando dinero, tropezó con el caso y las monedas cayeron dentro de él. Al inclinarse para recogerlas vio que estaban multiplicadas y, al sacarlas, otras monedas iguales estaban dentro. Fue así que se dio cuenta de que el cazo era mágico.
Un vecino se enteró del hallazgo del labrador y lo acusó ante un juez de haber encontrado el cazo en su terreno. El juez les pidió que explicaran el asunto y, al enterarse de la virtud del cazo, decidió confiscarlo para quedarse con él. El labrador y su vecino le platicaron a toda la gente la actitud codiciosa del juez.
El padre del juez oyó lo que de su hijo se decía y fue a reprenderlo. El juez le dijo: “Pero es que no se trata de un cazo común. Ven y te lo demostraré”. En cuanto el padre presenció lo que hacía el cazo mágico, rápidamente metió en él todas sus monedas y estuvo sacándolas y metiéndolas con una avidez incontenible. Después de mucho tiempo de meter y sacar monedas se inclinó tanto que cayó en el cazo. El juez fue en ayuda de su padre y lo sacó, pero otro padre idéntico ya estaba ahí quejándose y pidiéndole que lo sacara.
El juez estuvo sacando padres y padres toda su vida, a quienes tenía que rendir tributo para no faltar a sus deberes filiales.
Anónimo.
LOS TRES GRANDES MALES
Los habitantes de Kuantung decían que los Tres Grandes Males de la región eran: un tigre muy poderoso, una serpiente enorme y Chou Chou. Cuando de esto se enteró Chou Chou, furioso fue en busca del tigre y de la serpiente, y los mató.
Anónimo.
Como en toda la colección, la presentación es espectacular: juega con dobles portadas y colores llamativos, cuenta con su propio separador y, lo mejor, el precio es bastante accesible.
Aquí encontrarán mayor información del libro.
Bien. Ya tienes muchos cuentitos que leerme antes de dormir.
ResponderEliminarEl problema es que te duermes a la segunda línea...
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