viernes, 30 de julio de 2010

DÍAS EXTRAÑOS

Odié Zona de miedo (The hurt locker) de la Sra. Bigelow. (a pesar de las críticas y premios). Después de exponer mis razones terminaba diciendo que no tenía nada que ver con Días extraños (Strange days); que esa sí era una buena película.

Como ella no la había visto, la pusimos hace unos días. Quedé totalmente decepcionado, no sólo con la película, también con mi memoria (además del quemón).

Sabrán que la Sra. Bigelow estuvo casada con James Cameron. Un par de años juntos bastó para que absorbiera sus malos hábitos cinematográficos. Y es que las historias de Cameron, independientemente de la calidad de la producción, generalmente presentan personajes planos. O son negros o blancos. Además de recurrir a temas “actuales”, pero sin profundizar. En otras palabras, historias muy gringas.

Menciono todo esto porque en Días extraños, él es el productor y escritor. La cinta, que se estrenó en 1995, está ubicada en 1999. Específicamente el 30 de Diciembre de 1999. Efectivamente, al borde del fin de siglo, del nuevo milenio, del terrible Y2K. El problema de ubicar una historia en un futuro muy cercano es que cuando llega la fecha y no pasó lo que creías, quedas como un exagerado (lo mismo le pasará a 2012). Bigelow y Cameron pintan un mundo decadente, violento, sin valores. Para ellos, decadente significa que los jóvenes salgan a las calles, que traigan el pelo largo, con tatuajes, perforaciones y que se escuche metal industrial en los eventos públicos. Supongo que para ellos un ambiente sano sería poner música country en las fiestas.

La historia se centra en Lenny (Ralph Fiennes), un ex policía que ahora vende, ilegalmente, un aparato diseñado originalmente para atrapar delincuentes. Este aparato se conecta en tu cabeza y puedes grabar todo lo que tus ojos ven y posteriormente revivirlo en tu mente. Esto sonaba interesante (lo que más recordaba de la historia). La información se grababa en un “mini disc”, que era el futuro del almacenamiento… Además del aparato, Lenny vendía discos con diferentes historias. Podías tener sexo con dos mujeres, asaltar una tienda, ser una mujer u hombre… Pero eso sí, nada de snuff. Tratando de recrear la golpiza que le dieron al negrito King en Los Ángeles, sucede algo muy parecido en la cinta con un rapero/activista. Obvio, alguien grabó la tragedia.

Bigelow-Cameron intentan criticar el uso excesivo de la tecnología. Hay que vivir la vida. Muy lejos del discurso de Cronenberg en Videodrome y Existez, entre otras. También la crítica social se queda muy por encimita. Todo fue un accidente; sólo se trataba de dos policías locos. No hay conspiraciones ni motivos ocultos. Los políticos son buenos…

Los personajes son muy planos. Ya mencionamos a Lenny, ex policía que no han superado el rompimiento con su ex novia. La amiga de Lenny (Angela Bassett) es la típica negrita de clase baja que tiene que trabajar como sirvienta y que su esposo es encarcelado por vender drogas. Ahora, ella es chofer de una limosina (entrenada en artes marciales) y ángel de la guarda de Lenny.

Al final todo se resuelve. Todos son felices.

Se nota mucho varo en la producción y en la re-masterización para su salida en dvd. Tiene ese look noventero, muy de vídeo de MTV.

Sólo dos cosas merecen reconocimiento: las secuencias en primera persona y, lo mejor, Juliette Lewis. Sensual, desinhibida. Además, creo que a partir de esta película le entró el gusanito de formar su banda. Tanto en la cinta como con su banda (Juliette and the licks), lo hace muy bien.

¡Qué traicionera es la memoria!

2 comentarios:

  1. Coincido, es mala, maniquea hasta decir basta. Su pegue (me imagino) debió deberse al tema hot del momento: Y2K, junto con su estética MTViesca.

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  2. Me temo que lo mismo sucederá cuando re-veamos (si es que lo hacemos) Punto de quiebra: otra "indispensable" de Bigelow según Cinemanía.

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