martes, 11 de agosto de 2009

VS EL TRABAJO 03

Ayer hice San Lunes, pero hoy si tengo que trabajar...
Otro ensayo en contra del trabajo:

“Los hombres trabajan demasiado para ser ellos mismos. El trabajo es una maldición que el hombre ha convertido en un placer. Trabajar sólo por el trabajo mismo, disfrutar una labor sin recompensa, imaginar que puede uno sentirse pleno gracias al esfuerzo asiduo –todo eso es asqueroso e incomprensible. El trabajo permanente e ininterrumpido adormece, trivializa y despersonaliza. El trabajo desplaza el centro de interés del hombre de lo subjetivo a lo objetivo de las cosas. En consecuencia, el hombre ya no se interesa por su propio destino, sino que se enfoca en los hechos y las cosas. Lo que debería ser una actividad de transfiguración permanente se convierte en un medio para exteriorizarse, para abandonar el yo interior.

En el mundo moderno, el trabajo se ha convertido en una actividad puramente externa; el hombre no se hace a sí mismo a través de ella, hace cosas. Que cada uno de nosotros debamos tener una carrera, debamos acceder a un cierto tipo de vida que probablemente no nos acomoda, ilustra la tendencia del trabajo a adormecer el espíritu. El hombre ve el trabajo como algo benéfico para su ser, pero su fervor revela su inclinación por el mal. En el trabajo el hombre se olvida de sí mismo; aún así, su olvido no es simple e inocente, sino más parecido a la estupidez. A través del trabajo, el hombre ha mudado de sujeto a ser objeto; en otras palabras, se ha convertido en un animal deficiente que ha traicionado sus orígenes. En lugar de vivir por sí mismo –no de manera egoísta sino creciendo espiritualmente- el hombre se ha convertido en el malogrado e impotente esclavo de la realidad exterior. ¿A dónde se han ido el éxtasis, la visión, la exaltación? ¿Dónde está la suprema locura o el genuino placer del mal? El placer negativo que uno halla en el trabajo contribuye a la pobreza y la banalidad de la vida diaria, a su mezquindad. ¿Por qué no abandonar este trabajo fútil y comenzar de nuevo sin repetir el mismo y oneroso error? ¿No es acaso suficiente con la consciencia subjetiva de la eternidad? La percepción de la eternidad es lo que la actividad frenética y el carácter trepidante del trabajo ha destruido en nosotros. El trabajo es la negación de la eternidad. Entra más bienes adquirimos en el reino de lo temporal, y más intenso es nuestro trabajo externo, menos accesible y más alejada estará la eternidad. Por eso la limitada perspectiva de la gente activa y energética, por eso la banalidad de su pensamiento y sus actos. No estoy contrastando el trabajo con la contemplación pasiva o con las ensoñaciones vagas, sino con una transfiguración irrealizable; de cualquier modo, prefiero una pereza inteligente y observadora a una actividad intolerable y terrorífica.”

E.M. CIORAN

2 comentarios:

  1. Nadie más ácido que Cioran para explicar la trivialización lograda por el trabajo. Ese enfoque del objeto y por el objeto le resta disfrute y le añade la tan mentada productividad que a veces se parece más a un 'inútil estar ocupado'.
    'Que cada uno de nosotros debamos tener una carrera, debamos acceder a un cierto tipo de vida que probablemente no nos acomoda...' Ganó por knock out.

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  2. Definitivamente; tienes que prestarme el de Silogismos de la amargura

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